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«¿Cómo es posible que una botella de vino cueste más de cien mil euros? eso no puede ser, con ese dinero podría hacer una escuela rural en África o en Latinoamérica. Volviendo a la realidad, seguía trabajando por 13 euros la hora y las alucinaciones, propias de Champagne, llegan como decía Jean-Anthelme Brillat-Savarin al final de la jornada, cuando con tartas y champagne se saborea el fruto del trabajo”
“Borgoña te hace pensar en estupideces, Burdeos te hace hablar de ellas y Champagne te hace cometerlas” Jean-Anthelme Brillat-Savarin
El caer de la noche bajo la espuma del vino nos prepara para una nueva jornada. Son las 5 de la madrugada, es hora de salir de casa, botas y vestuario de campo, hoy cae lluvia, la espalda duele, la cintura trata de acomodarse para empezar a caminar, ayer iba un poco desprevenido para tener una experiencia con la vendimia, hoy no voy desprevenido, voy adolorido.
Cuando elegí ir por primera vez preferí caminar sin conocimiento, mucho se habla, pero prefiero ir así, sin saber nada, para dejarme sorprender por descubrir lo que muchos conocen. Ayer salí de casa con la curiosidad de un infante, tomé un transporte y me desplacé al corazón de Champagne en el Departamento de Marne bajo el frio otoñal de un amanecer que despierta con los secretos del aroma del vino. La oscuridad se adueña de las primeras horas del día, sobre las 7:30 am estábamos listos, éramos 25 personas para empezar, un café y luego otro café, nos desplazamos en un coche que nos llevaría a las parcelas preparadas para la fecha, parecía un plan de ecoturismo, los paisajes seducen el sueño y dan un despertar al abrigo de la cultura de la vid y el vino.
Por estos días, miles de personas se suman a la tarea, la tarifa es de 13 euros por hora, es otoño del 2024, el del 2023 fue diferente, antes de empezar pensé en este día como una experiencia de realismo mágico con la naturaleza, imaginé el amor en tiempos de cólera, pensé en el refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y jugador de ajedrez, muchos refugiados también recogen uva, algunos son refugiados reconocidos, otros son seres sin destino ni tierra, hijos de nadie. Las jornadas de ocho horas al día con refrigerio y almuerzo incluido son apetecidas, el contacto con la tierra que produce la embriaguez del vino creando sus propios hábitos de cultura y sub cultura con la uva son un ritual del medievo donde imagino a los esclavos cargando todos los frutos para satisfacer la sed del amo y su propia sed.
La cultura del vino, tiene su conexión con las raíces de la vida, con la existencia misma, tiene su espíritu propio, libera, da una sensación de fuerza, pero también agota y no es apta para todo el mundo, también puede esclavizar el espíritu y arrodillar el alma, solo si se permite “ya me sobrara tiempo para descansar cuando me muera” decía el Doctor Juvenal Urbino en el amor en los tiempos de colera, acá es igual, cada día la uva cae, pero la vida sigue.
Los cambios económicos y sociales en la década de los cincuenta provocaron el auge de la emigración económica a Europa, en una noche Europa ha envejecido 80 años más y sigue igual, pero ya no ven las caras extrañas y lenguajes confusos como emigración económica ahora se ve como una invasión territorial por los sectores de ultra derecha, la extrema derecha y todas las derechas sin izquierda.
Aunque la historia se ha centrado en los movimientos permanentes de población, también hubo un gran número de españoles que abandonó sus localidades de manera temporal con destino a la vendimia francesa, la uva salvó a más de uno de la dictadura, ha dado acogida a quienes huyen de la indiferencia social.
Así como los miles que llegaron este año a los viñedos de Francia. Con suerte se puede tener un buen clima, sin embargo, para el cierre de septiembre en esta zona de Francia, por Champagne cae mucha lluvia, el clima hace que sea un trabajo bastante duro, es necesario estar de rodillas en tierra y moverse entre las raíces para cortar la uva que con su pulpa embriaga el paladar.
Francia tiene más de 5000 variedades de uva, listas para recoger cuando llega el mes de agosto en sus treinta regiones vitivinícolas. En Champan donde he vivido esta experiencia es bien difícil encontrar cada año a los 120.000 recolectores necesarios para una vendimia de tres semanas, así que los productores experimentan con personas diversas, aun la inteligencia artificial no ha logrado crear la magia del vino que exprime la esencia humana.
Este año, solo de España según un reporte oficial más de 15.000 españoles llegaron al territorio francés a recoger uva, muchos sin contrato regular. No todo es perfecto, por ejemplo, hace pocos días encontraron 70 españoles viviendo en 2 casas quienes estaban recogiendo uva. Las autoridades actuaron de inmediato creando un albergue de emergencia y devolviéndolos a su país, esto sucedió en el departamento de Côte-d’Or al norte de Francia. Pensaba yo, si esto pasa con los españoles que son europeos que pasara con los migrantes de Latinoamérica y África.
En mi experiencia, el trabajo inició con mucha motivación, no se veía complicado, sin embargo, al paso de las horas el cansancio va invadiendo todo el cuerpo, al final de la tarde solo quería tomar una copa de Krug Private Cuvée 1915 el vino que ha alcanzado el precio más alto en una subasta, $ 116 375 dólares en la casa Krug de Reims. Pero qué estoy diciendo, ¿cómo es posible que una botella de vino cueste más de cien mil euros? eso no puede ser, con ese dinero podría hacer una escuela rural en África o en Latinoamérica. Volviendo a la realidad, seguía trabajando por 13 euros la hora y las alucinaciones, propias de Champagne, llegan como decía Jean-Anthelme Brillat-Savarin al final de la jornada, cuando con tartas y champagne se saborea el fruto del trabajo.
Para trabajar en la vendimia es necesario tener una nacionalidad europea o residencia con permiso de trabajo, salud al día y una cuenta bancaria de un país de la comunidad europea preferiblemente Francia. Así las cosas, diariamente el salario es cercano a los 100 euros.
El champagne nació en el noroeste de Francia, este término antes que a una bebida hacia referencia a las tierras baldías. No fue hasta 1660 se empezó a embotellar por primera vez el vino espumoso con la autorización de las cortes.
El vino del diablo, como se le conocía para el año 1600 por las burbujas que salían en su preparación ya se instalaba en la cultura francesa, pero era una bebida que se tomaba en la calle hasta que en 1729 Nicolas Ruinart fundó la primera casa de champán del mundo en Reims, la ciudad desde donde escribo estas líneas cuando la lluvia ya ha despachado a quienes han venido para la vendimia.
La relación de Gabriel García Márquez con la cultura del vino
El cólera una pandemia que revivió el amor, García Márquez se refiere en el amor en tiempos de colera al vino Oporto, este vino que descubre el amor verdadero de Fermina Daza y Florentino Ariza, 51 años, nueve meses y cuatro días añejado en la bodega del silencio. Y es que, para este amante secreto, constante y platónico, el «vinho de Porto» parece ser su principal aliado en la ajetreada vida sexual con que, recurriendo a 622 amantes mientras trata de guardar la ausencia de Fermina Daza.
«sentados en la terraza, frente al mar abierto (…) bebían oporto y comían encurtidos sobre pan de monte que Prudencia Pitre cortaba de una hogaza en la cocina». Escribió Gabriel García Márquez. El mar y el vino, es una mezcla de la libertad con las raíces existenciales.
En mi caso mi favorito es el Barón de la Estaca, escuchando los clásicos del barro loco -perdón quise decir del barroco- es una manera de conectar con la existencia propia que lucha constantemente contra la muerte insumisa al amor infinito de la justicia ancestral, en una cultura que se desdibuja por una juventud perdida en la estupidez. Para mí es claro que el valor del vino supera cualquier subasta, la vida es tan corta que la conexión entre lo espiritual y lo terrenal se da en el sabor de la uva que da un sentido a la existencia, un color al arte y fuerza al alma.

Periodista internacional, colabora como analista de geopolítica en HispanTv, Radio Concepto Argentina, Cablenoticias (Colombia) y Red Más Noticias. Es bloguero del periódico El Tiempo de Colombia y activista ambiental defensor de derechos humanos.
Estudió comunicación social y periodismo en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, es autor del libro El Dorado sí Existe publicado en Barcelona (España) y ha tenido una amplia carrera en distintos medios de comunicación de Iberoamérica. Se ha desempeñado como asesor parlamentario en Cámara y Senado en Colombia. Actualmente vive en Francia.
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