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Sin independencia económica no hay independencia informativa

Mar de Azov enclavado entre Ucrania, Crimea y Rusia.
Lo ocurrido en los últimos días debe ser leído en clave nacional ucraniana e internacional, en el contexto geopolítico en el que se desarrolla. Comenzaré exponiendo de forma muy sintetizada cuál es la situación interna del gobierno de Kiev pero sin olvidar que es un conflicto que siempre ha estado sometido a los designios de intereses internacionales y participado por dichas potencias.
De hecho pese a llevar más de cuatro años en guerra, en los medios occidentales solo se destaca informativamente en momentos muy puntuales. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los medios están sometidos a los mismos intereses que las maniobras políticas, económicas o militares que se están llevando a cabo allí es una señal de alerta la presencia excesiva de información cuando habitualmente el silencio mediático es lo que se impone. Sin embargo debemos evitar los alarmismos y establecer un análisis serio sobre qué se quiere poner sobre la mesa con esta situación.

Petró Poroshenko
Antes que nada se deben aclarar varios puntos. Desde el golpe de 2014 los ucranianos están sometidos a un gobierno que se apoya en paramilitares, en muchos casos de corte nazi, y por tanto sus derechos ya estaban limitados. Esto llevó además a la secesión de Crimea o al mantenimiento de zonas resistentes en la región del Donbass, contra las que se ha mantenido una actividad militar más o menos constante. Ucrania no estaba en paz.
El gobierno de Poroshenko se encuentra inmerso en una escalada de pérdida de legitimidad, la situación social y económica es catastrófica lo que aumenta la posibilidad de conflictividad social; además la propaganda «antirrusa» va perdiendo fuerza ante la escasez material.

Manifestantes «nacionalistas» ucranianos con la imagen de Stephan Bandera, colaboracionista nazi ucraniano.
En las últimas semanas de hecho se difundían nuevas informaciones que apuntaban al recurso del cisma religioso apoyado recordemos por el Departamento de Estado de EEUU y la Comisión de Libertades Religiosas del Senado de los EEUU. Ya en 2015 se atestiguan agresiones a iglesias «díscolas» para los autoproclamados ucranianos, que curiosamente son precisamente las que se mantienen obedientes a la norma ortodoxa. Esta posible ruptura con el Patriarcado de Moscú no se ha podido llevar a cabo tanto por la resistencia de la propia iglesia Ortodoxa en Ucrania como por el rechazo mayoritario de la Iglesia Ortodoxa a nivel internacional, sin embargo no debemos dar por resuelta la cuestión ya que probablemente seguirá siendo una de las bazas de Poroshenko.
A menos de un año para las elecciones que supuestamente se desarrollarán en 2019, la situación para el presidente no es muy halagüeña, así tras los acontecimientos sucedidos en el Mar de Azov es uno de los muchos que tienen algo que ganar. Hoy conocíamos la aplicación de la ley marcial en Ucrania.
Durante la situación militar, los poderes del presidente del país no pueden ser detenidos. En el caso de que el mandato del presidente expire durante la situación militar, continúa su trabajo hasta el final del estado militar. Del mismo modo, los poderes del parlamento, el Consejo de Ministros, el presidente autorizado de derechos humanos, jueces, fiscales, investigadores y contrainteligencia no pueden ser cancelados.

Miradas cruzadas de los socios de la OTAN durante la cumbre de Julio.
Los conflictos internos entre los socios de la OTAN por un constante conflicto de intereses parece que no se acaba de resolver apostando por el enemigo común ruso, por mucho que desde el imperialismo anglo-sajón (británico-estadounidense) insistan en ello. Así Putin ha sabido jugar sus cartas con Merkel aprovechando la dependencia energética europea y los propios conflictos internos de la Organización del Tratado Atlántico.
EEUU por tanto necesita por un lado erradicar al enemigo ruso que se ha convertido en una auténtica piedra en el zapato y por otra imponer su disciplina dentro de la OTAN. Desde el mes de julio durante la cumbre presidencial, EEUU insiste en elevar el gasto por país para el presupuesto de la Organización del Tratado Atlántico sin mucho éxito. Además a principios de octubre en la reunión ministerial de la OTAN en Bruselas, donde países como Alemania seguían sin asumir ese nuevo gasto, los británico-estadounidenses volvían a acusar a Rusia de espionaje y poner el foco en el «enemigo común» para solucionar el conflicto interno. Sin embargo no parece tener mucho éxito. Las bases de la OTAN y el control por lo tanto de EEUU se han expandido por la europa del este con mayor rápidez y eficacia que los acuerdos económicos y comerciales de la UE lo que genera un cambio de estrategia forzoso para Alemania si no quiere seguir perdiendo hegemonía política en Europa.
Así hay que tener en cuenta además, que el contrato del gaseoducto que pasa por Ucrania para abastecer de gas a Europa desde Rusia finaliza en 2019. La operatividad de las vías Nord Stream 1 y 2 dejarían por tanto a Kiev fuera de juego. Esto explica entre otras cosas ese «pasotismo» que ha ido adquiriendo la UE en el conflicto en Ucrania y a su vez la urgencia de los EEUU en dar un golpe en la mesa para devolver protagonismo al conflicto y tratar de enfrentar a Alemania y Rusia.

Las provocaciones a los rusos y la implicación directa de la OTAN tienen por tanto una función clara: situar a Rusia en el centro del objetivo, lo que ayudaría a EEUU en su conflicto interno porque forzaría a sus socios a posicionarse y por otra parte ayuda al oligarca de Kiev, ya que Poroshenko necesita con urgencia volver a señalar al enemigo ruso, volver a aplicar «medidas urgentes» y volver a ser importante para los intereses imperialistas y por lo tanto volver a recibir el apoyo de una Europa «pasota».
Ante los que tienen miedo a una posible tercera guerra mundial decir que pese a todo esto no están tan locos si insisten no es por aumentar el carácter internacional del conflicto bélico sino por ganar recursos para el conflicto político.
Quizás la imagen que mejor explique lo que está ocurriendo se remonte a cuatro años atrás cuando el difunto senador republicano de los EEUU, John McCain se fotografiaba apoyando el golpe del Maidán.

Directora Revista La Comuna
Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.
“Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.
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