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Sin independencia económica no hay independencia informativa
Con el actual conflicto en Ucrania se ha revitalizado la discusión sobre las relaciones entre los EUA y la UE, sobre el rol de la última con la OTAN y sobre la capacidad y-o voluntad del bloque europeo de ejercer una política internacional soberana e independiente de los intereses anglosajones (norteamericanos y británicos). Mucho se discute sobre si la EU se encuentra subordinada a las decisiones tomadas principalmente desde Washington y si la OTAN representa el brazo armado por el cual los norteamericanos presionan y modelan la política exterior europea. Así pues, considero necesario comentar algunos puntos.
Es totalmente correcto señalar que la OTAN fue creada con el pretexto de una supuesta amenaza de la URSS y sus aliados hacia Europa occidental. Comparto también la opinión de que está amenazada no era real, puesto que al igual que la Rusia de hoy, la URSS no tenía intenciones de invadir Europa occidental si no fuese absolutamente necesario; o sea, solo al sentirse amenazada existencialmente ella o de alguna república popular aliada. Sin embargo, independientemente de que este miedo de los países capitalistas fuese fundado o no, nada cambia el hecho de que ellos realmente lo creyesen. En pocas palabras, una amenaza no debe ser necesariamente real para causar terror.
Tan real era el horror de los capitalistas en los países que formaron la OTAN, que hasta el día de hoy el mayor número tropas norteamericanas en Europa se encuentran en aquellos lugares (países) donde percibían el mayor peligro militar de cara a una supuesta agresión de los países del bloque socialista y-o la mayor convulsión interna que permitiese a las fuerzas de izquierda acceder al poder.[1] Alemania, siendo la frontera y zona de encuentro entre ambas “placas tectónicas” políticas, recibió el mayor número de equipo militar y concentración de tropas, que mantiene hasta la actualidad. Italia, por otro lado, era el país occidental en donde el Partido Comunista más fuerza tenía, luego entonces no extraña que fuese este lugar también un punto de interés para la OTAN, y donde también se inmiscuyera en gran medida la GLADIO. En este país itálico inclusive se hizo uso de la mafia y grupos paramilitares como la logia “Propaganda Due (P2)” o “Avanguardia Nazionale” para sistemáticamente asesinar comunistas en el país y en toda Europa.[2]
Centro de Datos de Personal de Defensa (Defense Manpower Data Center – CRS) Despliegues permanentes de EE.UU. superiores a 50 militares, junio de 2020
Todo esto es cierto, pero la presencia de la OTAN en Europa occidental, por más controlada que esté por los EE.UU. no presupone ni significa estrictamente que la Unión Europea carezca de espacio de maniobra para tomar decisiones en materia de geopolítica ni tampoco capacidad para empujar una agenda propia y proyectar poder en el escenario internacional. Las operaciones de agresión en Libia y Mali, por ejemplo, han sido todas empresas de manufactura casi exclusivamente europea, con los E.U.A. dando la iniciativa a sus socios europeos en las operaciones.[3] De hecho, uno de los principales motivos del inicio del conflicto entre Ucrania y Rusia fue precisamente la pretensión de la Unión Europea de forzar a Ucrania a firmar un pacto de asociación, cerrando la puerta a su adhesión a la Unión Económica Euroasiática liderada por Rusia.
Así pues, la Unión Europea no está ocupada por la OTAN, no en sentido estricto ni práctico. La presencia de tropas del Tratado del Atlántico beneficia a las clases burguesas de todos los sectores y naciones que conforman la alianza. La confusión se origina cuando se omite que la UE es una institución heterogénea con miembros de primer, segundo y tercer nivel:
La zona de exclusión aérea sobre Libia, así como las bases y buques de guerra que participaron en la intervención
Como vemos, algunos países europeos se encuentran sumergidos en una doble dominación. Puesto que, a diferencia de Francia y Alemania, no cuentan con una voz significativa ni siquiera dentro del bloque al que pertenecen, La Unión Europea. Luego entonces es natural que en circunstancias tales como la guerra en Ucrania, gobiernos como el búlgaro y el húngaro se nieguen a practicar las sanciones contra Rusia que mermarían la economía nacional y que son directrices consensuadas en el nivel al que no tienen acceso; directamente entre la Unión Europea (entiéndase Alemania y Francia) y sus socios anglosajones, los EUA y Gran Bretaña. Lo anterior se agrava en el caso de los países con “minorías” que encarcelan en un tercer circulo concéntrico a naciones desprovistas de soberanía dentro de la organización estatal como los gallegos, vascos y catalanes en España, por mencionar solo un caso.
Por último y para fortalecer la tesis que Europa no está ocupada, debemos atender al hecho de que la EU ha sacado mucho provecho de la OTAN. La Organización del Tratado del Atlántico Norte cumple la función de paraguas para las aventuras imperialistas europeas, tanto en el continente como fuera de él. Europa utilizó a la alianza para atacar a Yugoslavia, para inmiscuirse en Afganistán, Iraq y Libia todo esto sin cargar con el peso moral de tales agresiones. La participación europea en estas operaciones comandadas por los EUA, con el manto de la OTAN, no solo provee al viejo continente de su “merecida” porción del pastel del botín económico, sino que también ofrecen el más apropiado terreno para probar sus nuevas tecnologías militares y para que sus soldados adquieran experiencia de combate. No en vano el ejército colombiano participó también en Iraq. A fin de cuentas, y como decía Chejov: “si en una historia hay un arma, esta debe dispararse”.
Al actuar de esta forma, Europa puede seguir dándose golpes de pecho retratando a los EUA como el único poder agresor e imperialista siempre que le convenga y en esto no son los únicos, otros países que gozan de esta misma falsa fama pacifista son Australia y Canadá. Por otro lado, gracias a la estructura de la OTAN, la EU ha podido mantener un presupuesto de defensa relativamente bajo (en comparación con los EUA), es más, muchos países ni siquiera pagan su cuota de membresía debidamente y en su totalidad. Este último factor fue el determinante para que Donald Trump planteara una redistribución en la financiación de la alianza. Lógicamente esto le ganó a Trump el odio de la Unión Europea e inclusive logró lo inimaginable: relegar a Putin a un segundo lugar en los temas de la política europea. Pero de manera más importante, los planteamientos de Trump dieron pie a una discusión en el centro de la toma de decisiones de la EU, en aquel momento Merkel y Macrón, sobre la construcción de un ejército europeo
En conclusión, Europa no tendrá empacho en perseguir su propia agenda imperialista con o sin la OTAN, pero preferentemente en la OTAN. A esta institución le pasa la cuenta moral y financiera siempre que es posible. Esto claro, hasta que la decadencia económica estadounidense y su propio interés así lo dicte. El tío Sam tampoco se duerme en sus laureles y utiliza así mismo a la OTAN para sus propios fines, a veces también en detrimento de la Unión Europea; ambos tienen una agenda propia que a veces no coincide una con otra, aunque en la gran mayoría de los casos así sea. Las burguesías europeas aun siguen considerando su alianza con sus contrapartes anglosajones como provechosa, sobre toda cuando ambos tienen un enemigo común, ya sea competidor como Rusia o sistemático como China.
Entre Europa, EUA, Gran Bretaña y la OTAN existe una correlación dialéctica de intereses comunes que a veces resulta aparentemente contradictoria. Esto se debe a que es una relación multifactorial a diversos niveles de soberanías, entre actores con distintas organizaciones estatales, con distintos grados de desarrollo de sus fuerzas productivas y con burguesías con distintos niveles de acumulación de capital; y por último una relación que siempre está sujeta al factor externo de terceros actores como en su tiempo la URSS o en la actualidad Rusia o China. Señalado lo anterior, mientras prevalezca la funcionalidad de la alianza sobre todo de cara a los terceros actores (factor que parece ser el de mayor importancia por el momento), seguirá siendo ensalzada como una necesidad para enfrentar “los desafíos de la seguridad” en el mundo actual, sea cual sea el pretexto que sus miembros se hayan inventado o inventen: la URSS, el combate a las drogas, al terrorismo o al expansionismo ruso y chino.
NOTAS:
Docente de derecho constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Fridrich-Schiller en Jena, Alemania. Miembro de la comisión de relaciones internacionales del Partido Popular Socialista de México.
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